viernes, 17 de septiembre de 2010

REFLEXION BICENTENARIA

El ejercicio de conciencia histórica es un método que permite analizar la Independencia y revolución, períodos fundamentales de historia de México, es decir una catarsis, una liberación de nuestro inconsciente sociológico.

Los hombres que, iniciaron el movimiento de 1810 y los que lo concluyeron con la firma de los tratados de Córdoba, el 27 de Septiembre de 1821, tenían muy claros los valores por los cuales luchaban y con los que deseaban construir un México diferente, con prosperidad, como premisa obligada para poder dar inicio a nuestra “regeneración”, como lo señaló en su momento José María Morelos y Pavón.

100 años después, en 1910 México fue sacudido por una serie de luchas y revueltas conocidas como la Revolución Mexicana, a través de las cuales se intentó transformar el sistema político y social creado por el presidente Porfirio Díaz Morí.
Dos siglos después el recuento histórico nos refleja una cosecha levantada pobre, insuficiente y decepcionante, un saldo desalentador.

Históricamente los Estados Unidos han impuesto condiciones económicas y políticas para crear una dependencia sobre ellos de México. Las empresas financieras de los Estados Unidos controlan la economía mexicana. La realidad es que México en los hechos no constituye una nación independiente.

Durante el porfiriato las cosas no cambiaron mucho, pues la desigualdad y el atraso seguían ahí, no obstante los esfuerzos por iniciar la industrialización del país.
A la vuelta de cien años más, vinieron otras revueltas y revoluciones que terminaron con la clase gobernante, Porfirio Díaz en el exilio y alrededor de un millón de muertos, pero los añejos problemas nacionales permanecieron.

El impacto del movimiento armado de 1910 en el México de hoy, se evidencia una realidad muy diferente.

Aunque que contribuyó a formar el México contemporáneo, no tuvo un carácter homogéneo, sino que consistió en una serie de levantamientos y conflictos internos, protagonizados por distintos jefes políticos y militares que se fueron sucediendo en el gobierno de la nación.

Habría que reconocer que la Revolución sí fue muy importante en la historia nacional, no fue una revolución verdadera-porque las diferencias sociales y políticas, las desigualdades entre los ricos y los pobres, se ven con mucha claridad en el México actual, porque no hubo el cambio total que se implica el término “revolución”.

En el presente, padecemos una profunda crisis económica, el desempleo a la alza, el aumento geométrico de la pobreza, crisis de seguridad y pérdida del control gubernamental en algunas regiones del país a manos la delincuencia organizada, país formado por generaciones de maestros y alumnos reprobados, la corrupción, se expandió como cáncer en las instituciones públicas.

Por otro lado los medios de comunicación, exclaman que las cosas van mal, y que algo pueda pasar, pero se abstienen de explicar porque las cosas van mal, de exponer las causas y sobre todo contribuyen a que los trabajadores, campesinos y clasemedieros no hagan conciencia de clase ni conformen su unidad.

La política económica neoliberal impone a los trabajadores: desempleo, carestía de la vida, oportunidades negadas a los jóvenes; conculcación de los derechos de huelga y las libertades democráticas.

Lamentablemente la sociedad mexicana está basada en el principio; o saqueas a tu prójimo o él te saquea a ti; o trabajas para otro, u otro trabajo para ti; o eres esclavista, o eres tú mismo esclavo.

Si tienen un puesto de médico, de ingeniero, de abogado, de contador, de maestro, de periodista o de empleado en el gobierno o en la empresa privada ¿Qué importan los demás? Es posible de que si se es indulgente y se complace a los poderosos, conserve su puesto y a lo mejor puede hacer carrera y llegar a potentado.

Es natural que los hombres educados en semejante sociedad asimilen, por así decirlo, con la leche materna, la sicología, la costumbre , el concepto de que no hay más que amo, o esclavo, o propietario, empleado, funcionario. Intelectual, en una palabra hombres que se ocupan exclusivamente de tener lo suyo sin pensar en los demás.

Tal parece que la filosofía del sistema político mexicano es en el sentido de que la sociedad actual es intocable, inmóvil, por lo que hay que aceptarla tal como es, es decir sufrir la explotación o bien abrirse un lugar a punta de codazos.

Por lo que es necesario trabajar para acostumbrarse a las ideas que conduzcan a la confianza y no a la desesperación, a la lucha y no a la resignación.

En definitiva los movimientos de Independencia y la Revolución pueden ser los mejores ejemplos de poder de lucha y reivindicación social de los sectores mayoritarios de una sociedad dispuesta a conquistar al poder político y económico para sí misma, por lo que se debería seguir sus modelos.
carrsot_l@hotmail.com
Twiter.com/luiscarrs

No hay comentarios.:

Publicar un comentario