martes, 30 de noviembre de 2010

LA CUMBRE DE CANCUN

A un año después del fracaso de Copenhague, delegados de más de 190 países se reunieron desde ayer en Cancún Quintana Roo en la Conferencia de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático, de la que se esperan resultados pobres, decepcionantes e insuficientes para frenar el calentamiento global.

Este fenómeno global se ha entendido como el aumento en el tiempo de la temperatura media de la atmósfera terrestre y de los océanos como consecuencia de las conducta humana irresponsable por las excesivas emisiones de dióxido de carbono, metano, que provocan el efecto invernadero.

El cambio climatico es una respuesta violenta de la naturaleza contra excesos y abusos del hombre sobre ella, cuyos efectos serán catastróficos para la humanidad.

De no tomarse medidas drásticas el acceso al agua, producción de alimentos, salud, medio ambiente, millones de personas sufrirán hambre, reducción del consumo de agua, así como inundaciones a medida que el mundo siga calentándose.

Si este siniestro es provocado por el hombre, lógico es exigir a ese mismo hombre hacer conciencia y responsabilidad para establecer soluciones de fondo y no paliativos como los que incluye el protocolo de Kioto firmado por los países más industrializados, para reducir la emisión de gases sin afectar el desarrollo de las naciones.

Sin embargo el país más contaminante del mundo Estados Unidos, su gobierno decidió no ratificar el referido protocolo so pretexto de encontrarse en desventaja comercial frente a China, India y Brasil, cuya base de emisión de gases no fue fijada por el protocolo al considerarlos como países en vías de desarrollo.

Está claro que no saldrá de Cancún el acuerdo climático global vinculante que reclaman los ambientalistas como Greenpeace. Hay demasiados intereses en juego y divergencias entre países industrializados y países en desarrollo, así como dentro de cada uno de esos bloques.

La realidad es que los políticos han fallado y seguirán fallando, por lo que las cumbres concluyen sin un acuerdo justo, ambicioso ni legalmente vinculante que obligue a los países industrializados a pagar su deuda histórica como principales causantes del cambio climático global.

La meta es impedir que la temperatura del planeta siga aumentando y provoque catástrofes climáticas como las sequías e inundaciones que ya se están presentando. Así como reducir en un 40 por ciento para el 2020 sus emisiones de gases de efecto invernadero y detener la deforestación de los bosques antes de ese año”.

Mas allá de las los negativos presagios, en Cancún se esperan acuerdos parciales que pudieran ser la base de un futuro tratado global en asuntos como deforestación, mecanismos de financiamiento para la adaptación al cambio climático en países pobres, transferencia de tecnologías y parámetros para medir y verificar que se cumplan los compromisos que se adopten.

Para salvar al planeta y a la humanidad, debe partirse del hecho de que la sociedad global rescate los valores de justicia y de la ética, con una producción sin contaminación, fin a la explotación laboral, competitividad y protección a los más débiles.

En definitiva luchemos por un desarrollo sustentable y equilibrado, utilización de energías no convencionales, mejorar la calidad de vida, el escrupuloso cuidado y preservación del medio ambiente, respeto a la vida humana en todas sus manifestaciones, una sociedad mejor informada para tomar mejores decisiones y exigir a sus gobernantes soluciones concretas ante esta crisis.

carrsot_l@hotmail.com
Twiter: @luiscarrs





No hay comentarios.:

Publicar un comentario