viernes, 20 de julio de 2012

PARÁLISIS GUBERNAMENTAL POR VACACIONES



Mientras la mayoría de los tamaulipecos no están en condiciones de disfrutar las vacaciones de verano, por la inseguridad que prevalece, porque no les alcanza el dinero o bien, porque sencillamente deben trabajar sí o sí, en cambio la alta y media burocracia estatal parecen haber desaparecido.

Viene a cuento lo anterior por la parálisis gubernamental generada con motivo del primer periodo vacacional que disfrutaran los más de 15 mil burócratas estatales, que inició el dieciséis de julio para retornar el tres de agosto del actual, contando las dependencias con las guardias respectivas durante el asueto.

De ahí que no se ha escuchado la voz de secretarios, diputados, alcaldes, regidores y síndicos tan dados a la declaración cotidiana, se difuminaron de la escena pública. Aparentemente, la pléyade de servidores públicos estaría tostándose la piel bajo el Sol en una playas de Europa, Texas y quintana Roo.

De ese orden de ideas se desprenden algunas cuestiones a considerar sobre el tema del descanso vacacional:

Cabe preguntar ¿Tiene sentido que un gobierno entero se pare por vacaciones? La respuesta es no, porque no se interrumpirían las labores burocráticas en los centros de trabajo de las dependencias gubernativas, lo que incrementaría la eficiencia y productividad del aparato estatal.

En esas condiciones el Secretario de Administración Jorge Abrego Adame debería reflexionar sobre la modernización del actual sistema vacacional del gobierno del estado, para sustituirlo por otro más flexible como el de las vacaciones escalonadas, sin la rigidez del tan común “cerrado por vacaciones”.

Así pues, el sistema vacacional escalonado traería consigo más ventajas y beneficios tanto para los particulares gobernados, como para los servidores públicos y la economía en general.

En los hechos quien tenga la necesidad desarrollar un proyecto productivo o cumplir con algún trámite administrativo o fiscal, solicitar una licencia, un permiso, una autorización, una concesión, tienen la limitante encontrar las oficinas de gobierno cerradas por vacaciones, amén de que los funcionarios de guardia no cuentan con capacidad de decisión para resolver los asuntos administrativos.

Cabe señalar que en teoría la administración pública centralizada y paraestatal está integrada por un cuerpo profesional de servidores públicos organizados en una pirámide jerárquica que operan bajo normas, reglas sistemas, procedimientos, políticas, hábitos y costumbres que le dan estructura al aparato administrativo, llamado burocracia.

No pasa inadvertido que el actual sistema de administración de personal ha sido diseñado por la ley para frenar la acción gubernamental dos veces al año por las vacaciones de los servidores públicos, cuya suspensión de labores atenta contra la productividad y la emisión de resoluciones y actos administrativos, así como la prestación oportuna de los servicios en perjuicio de lo particulares gobernados.

Conviene observar que un sistema de administración que ejecute bien sus funciones y que preste eficazmente con dinámica operativa sus servicios en forma permanente y uniforme, sin cierre de oficinas, sin violar derechos laborales otorgando a sus trabajadores vacaciones escalonadas, mejoría la administración, y fortalecería al gobierno

En definitiva se hace necesario establecer en los centros de trabajo gubernamental sin afectar derechos laborales, un sistema de vacaciones escalonadas para los trabajadores de base, de confianza y funcionarios durante los doce meses del año, cubriendo su ausencia los primeros con trabajadores extraordinarios, supernumerarios, de contrato y a los funcionarios con los de nivel jerárquico inmediato inferior según las necesidades del servicio.
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