martes, 24 de julio de 2012

LA RENTA BASICA.


La actual crisis económica que padece México, caracterizada por el bajo crecimiento económico, la alta tasa de desempleo y pobreza generalizada. Generada por la dura medicina tecnocrática aplicada por los galenos neoliberales que ha producido serias manifestaciones de febrilidad que han debilitado el cuerpo social que lo han puesto al borde del estallido social.



De ahí que Investigadores Jan Timbergen en 1953 y Jacques Duboin en 1960, han propuesto como antídoto la Renta Básica, conocida con diversas denominaciones, tales como ingreso garantizado, ingreso básico, salario social, dividendo social o subsidio universal.

Cabe decir que en la década de los setenta se comenzó a instrumentar en Europa el concepto de ingreso garantizado, como alternativa al desempleo, cuando empezaron a notarse significativamente los efectos del paro estructural producido por los cambios tecnológicos



En esas circunstancias en tiempos de crisis es conveniente adoptar el ingreso garantizado, los trabajadores sin empleo o con empleo, necesitarían un ingreso para poder subsistir, al tiempo que el funcionamiento de la propia economía precisaría distribuir una renta que permitiera la adquisición de los bienes producidos.



Esta visto que los desocupados y los pensionistas situados dentro de los umbrales de la pobreza requieren de una solución de política económica, como la renta básica para atacar el problema de la precariedad de sus medios de vida.

Conviene en señalar que la Renta Básica supera el Estado de Bienestar tradicional en cualquiera de sus modelos desde un punto de vista igualitarista y solidario, y favorece el aumento de la autonomía individual y la libertad real.

Así pues, la renta básica garantizada consiste en recibir mensualmente cada ciudadano un ingreso pagado por el gobierno. La cuantía de esa renta vendría fijada en función de la renta per cápita del país, sin perjuicio de que trabajase o no.

De esta manera el ciudadano tendrá libertad para decidir si desea obtener otros ingresos ya sean en efectivo o en especie procedentes del trabajo o de los ahorros, del mercado o del Estado.

De igual modo el sistema de renta básica deja inalterada la propiedad privada de los medios de producción, la posibilidad de mercantilizar la fuerza de trabajo, y la existencia de un mercado capitalista.

Al mismo tiempo se refuerza el poder de negociación de los trabajadores potenciales frente a los patrones o contratadores, al poder contar con una subsistencia asegurada al margen del mercado de trabajo.

En un contexto de crisis irreversible la renta básica aparece como una vía de transformación lo suficientemente atractiva y factible como para arriesgarse a desarrollarla.

En la practica la renta básica es compatible con otras estrategias de transformación social como la de repartir el volumen de ocupación laboral disponible “trabajar menos para trabajar todos” como la reducción de la jornada laboral, el seguro desempleo etc., para abrir espacios al pleno empleo.

Sin embargo constituye un error de creer todavía que el trabajo es el que genera riqueza. Como sabemos, las máquinas generan riqueza sin trabajo y la fábrica en el mediano o largo plazo funcionará pronto sin trabajadores

En definitiva esta crisis económica constituye la coyuntura ideal para que el gobierno federal abandone el actual modelo económico que ya colapsó, estableciendo la renta básica simple o condicionada a la prestación de algún tipo de servicio a la comunidad o al desempeño de algún tipo de empleo, público o privado, siendo probablemente la propuesta alternativa más solida.
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