miércoles, 17 de octubre de 2007

FOXGATE

El tema Fox para el gobierno del presidente Felipe Calderón es delicado en extremo quien prácticamente se ha convertido lastre político, mas allá del desgaste y la polémica suscitada con la incursión mediática del ex presidente y de las denuncias de corrupción interpuestas por el PRD.

El gobierno calderonista debería calcular los daños ocasionados por el protagonismo suicida de Vicente fox quien como gobernante agravio a todos los grupos políticos de la republica incluidos los panistas, quienes querrán cobrarle todas las facturas pendientes, pero que aun, preserva influencia en el PAN.

A Fox por su incontinencia verbal el mundo se le vino encima, con fotos de residencias en revistas del corazón, Jeeps rojos, Hummers prestados, comisión investigadora del Congreso y estatuas derribadas, que dan testimonio de los presuntos agujeros y cráteres lunares dejados en el erario público federal.

De que tamaño será la preocupación y molestia del régimen calderonista que hasta el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, le aplicó a Fox la nueva versión del “cállate, chachalaca”, al soltarle aquello de que “el que se va se calla”.

Pero el guanajuatense le respondió que el empeño por acallarlo era una vieja práctica priista, de aquel gobierno autoritario que ya no corresponde a nuestra democracia”. Con lo que el señor de la botas reconoce que el PAN se parece tanto al PRI, que ya no pueden engañarnos.

Es hasta cierto punto de vista normal que los ex presidentes incomoden a los titulares en turno, pero desde López Portillo, en circunstancias claramente distintas, ninguno se había atrevido a tanto de enviar a su secretario de Gobernación para hacer callar al antecesor

La realidad gústenos o no, por más disparatadas, equivocadas e inoportunas que sean las declaraciones de Fox, como cualquier ciudadano tiene el derecho a expresar sus ideas y por supuesto a defenderse. No le corresponde a la autoridad hacerla de censor o poner mordazas.

Por su parte la Cámara de Diputados creo la Comisión Especial Para dar Seguimiento a las Denuncias Presentadas por el Presunto Ejercicio Indebido del Servicio Público en la Presidencia de la República Durante la Gestión del Ciudadano Vicente Fox Quesada
La acumulación exagerada de capital de los Fox-Sahagún es un insulto a todos y pero más a los pobres. También es un alarde con un propósito muy claro el demostrar que todavía son poderosos e intocables. Por eso él todavía se hace llamar “presidente”. En desafío abierto al actual gobierno.
Durante los próximos seis meses, la comisión investigadora se ocupará de documentar la riqueza exagerada de los Fox Sahagún, para proceder en su contra. Los comisionados tendrán que actuar con seriedad, imparcialidad y responsabilidad, y no terminar sin resultados como la inútil comisión investigadora de los hermanos Bribiesca Sahagún.
En tanto el presidente Calderón tendrá que intervenir para apagar el fuego y poner orden en el ejercicio de la política, al menos en sus filas, en las que, cuando no es el ex presidente, es Espino, o Creel. No se trata de callar a nadie, Fox tiene derecho a defenderse, sino de hacer sentir la conducción de la política
De existir voluntad política del gobierno calderonista para el enjuiciamiento de Vicente Fox por enriquecimiento ilícito de proceder este, seria un golpe espectacular que legitimaría al presidente sobre todo ante aquellos millones de mexicanos que quien votaron contra el.

En definitiva si por el contrario no se actúa seguramente Calderón y su partido pagarán el costo político que representa cargar con un Fox que se niega a soltar los reflectores, aun a costa de exhibir su miseria personal disfrazada de bonanza económica, a poco más un año de las elecciones intermedias,

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