viernes, 12 de octubre de 2007

CAMPAÑAS POLITICAS

Luis Lauro Carrillo

La democracia es un régimen basado en la competencia donde los ciudadanos contienden por la vía del voto el derecho para gobernar a los demás, a través de los partidos políticos.
En Tamaulipas los 175 candidatos a alcaldes, al igual que los 236 aspirantes a diputados locales del PRI, PANA PRD y otros partidos, están desarrollando sus campañas políticas con miras a los comicios del 11 de noviembre, ofertando su plataforma electoral, promesas y compromisos para obtener el voto ciudadano.
A primera vista, pareciera que el estado avanza hoy a las elecciones de medio sexenio con una suerte de desgano, de desánimo Las encuestas y los expertos opinan que será muy alto el abstencionismo, indicando que el ausentismo en las urnas será de cuatro de cada 10 electores que no ejercerán su derecho al sufragio.

Debe decirse que la experiencia enseña que en los comicios intermedios baja mucho más la afluencia electoral. Y es lógico, pues no está en juego la gubernatura del estado, que es la institución en la que la gente, el ciudadano común, pone más interés y fija sus esperanzas de mejoría económica y social.

Es evidente que los procesos electorales como el actual, concitan menos interés y entusiasmo popular que los de la Gubernatura. Lo que si es una realidad que este tipo de las elecciones son las del voto duro, la de los militantes y simpatizantes convencidos, las de los cuadros y de las familias de éstos.

Siendo mucho menor el voto duro que el sufragio ciudadano general, no hay por qué sorprenderse de que la afluencia a las urnas sea menor, como seguramente será, que en los comicios de hace tres años, será un factor decisivo para alcanzar la victoria o la derrota.

El abstencionismo es un rasgo característico de la democracia electoral. Siempre habrá quien decida no votar, siempre habrá apáticos, siempre habrá quien prefiera permanecer el día de la jornada electoral en la comodidad de su hogar, siempre habrá individualistas, siempre habrá insolidarios.

Siempre habrá quien decida no convalidar con su participación un proceso que juzga insustancial, vacuo, teatral, manipulado. No hay que sorprenderse, la vida social es activa y pasiva, general y particular, individual y colectiva.

Sin embargo es previsible que muchos ciudadanos acudan en noviembre a las casillas electorales. Se calcula que lo harán algo así como 40% del padrón electoral. La cifra no es mala.
En cuanto a las campañas políticas es conocido el avance de las mismas en busca del voto, a través de los medios electrónicos, prensa y proselitismo. Quienes tengan más dinero más proselitismo mediático harán, sin conocerse a ciencia cierta el origen legal o ilícito de los recursos económicos. Aquí cobra vigencia la tesis de Hank Gonzáles “político pobre es un pobre político”.
Los candidatos que evidencien exceso de posesión de recursos económicos mas allá de los topes legales permitidos, serán objetos de reclamos, denuncias y acusaciones, que versaran sobre el uso y mal uso, de recursos públicos, lavado de dinero, programas y logros gubernamentales, reparto de despensas, compras e inducción al voto.
En definitiva mas allá de la pobreza ideológica y de la frialdad de las campañas políticas, la convocatoria, a la ciudadanía es a la participación electoral, al ejercicio del sufragio, al cumplimiento del deber cívico, a la toma del control de los procesos políticos del estado, pues la sociedad no puede ni debe ser una espectadora pasiva de la democracia.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario