martes, 11 de junio de 2013

Controlar a los gobernadores





Tamaulipas Mèxico.- Tener buenos gobiernos y una sociedad abierta, progresista y cohesionada es responsabilidad de todos. Un gobernador además de político debe ser un administrador eficaz y honesto en el manejo de los recursos y para que esto suceda es necesario que existan controles.

¿A qué viene lo anterior? Se preguntará el lector: Viene a cuento por los escándalos protagonizados por ex mandatarios de los 32 Estados de la República que se suceden como rutina: corrupción, despilfarro y presuntos vínculos con la delincuencia, se repiten en una lista que parece interminable, ayer Baja California Sur, Coahuila, Tamaulipas y Zacatecas, hoy Tabasco y Aguas Calientes.

Cabe decir que tras de perder el PRI la presidencia de la republica en las elecciones del año 2,000, se produjo una especie de feudalizacion del país. En efecto los últimos 12 años los gobernadores se convirtieron en auténticos reyes locales, señores de vida y haciendas, que sin el control presidencial de antaño hicieron y deshicieron a su antojo.

En los hechos sustituyeron en sus feudos al gran monarca que caracterizaba al presidencialismo autoritario. Son jefes de estado y de gobierno, jefes del partido, jefes de las fuerzas de seguridad, con facultades constitucionales y metaconstitucionales.

Así pues, la mayoría de los gobernadores del país, controlan a los poderes ejecutivo, legislativo, judicial y el municipal de su estado, controlan los órganos de fiscalización de las legislaturas, controlan sus institutos de transparencia e información, controlan su comisión de Derechos Humanos, controlan sus organismos electorales, en suma controlan todo menos a ellos.

De tal modo que los gobernadores además controlaban el Congreso de la Unión a través de sus legisladores y son los que más recursos reciben de la Federación sin estar obligados a rendir cuentas, en suma controlan todo, como antes lo hicieron los presidentes priistas.

Tengamos presente la característica esencial del régimen político en la democracia, ya que existan diversas formas de control de los gobiernos. El control a los gobiernos es lo que diferencia la democracia de las dictaduras.

Sin embargo los gobiernos de las entidades federativas padecen un desequilibrio que indujo al desorden. La conformación de la Conago fue el detonante de lo que se procesaba debajo de ella: las estrategias de los gobernadores para obtener ventajas de las ruinas del viejo régimen, sin asumir ninguna responsabilidad.

Por otro lado el Auditor Superior de la Federación ha expresado en reiteradas ocasiones no poseer suficientes herramientas para llamar a cuentas a los gobiernos estatales. Los gobernadores en los hechos no son responsables ante nadie.

He aquí que el más reciente “espectáculo” lo ha protagonizado el Andrés Granier Melo ex gobernador de Tabasco. La voracidad y corrupción con las que los altos funcionarios tabasqueños se lanzaron sobre el erario es verdaderamente patética.

Ahora bien el ciudadano debería tener más conciencia en que su voto es una forma de control que aprueba o desaprueba la gestión de un gobierno,, además el control debe ser ejercido con más responsabilidad por parte de los Congresos federa y local, así como de la sociedad civil y de los medios de comunicación.

Huelga decir que aun es tiempo de recuperar las instituciones. Primero respetándolas, acatando sus normas luego haciéndolas coherentes, creíbles y útiles. Aprobar la ley sobre la deuda de los estados y municipios que está empantanada en la cámara de diputados.

De ahí que el cumplimiento de los derechos ciudadanos debe ser vigilado por la CEDH y un cuidado de la ética pública a cargo de las dependencias de anticorrupción y por supuesto tiene que existir un control profesional de la ejecución del gasto publico hecho por oficinas de transparencia, contralorías y auditorias.

Por tanto la ausencia total de sanciones en los sonados escándalos públicos, la sensación de impunidad que tiene la sociedad, se va extendiendo como una mancha de aceite. La impunidad contagia y seduce, ni siquiera hay riesgos de costos en términos de reputación.

Conviene señalar que la impunidad es la gran puerta de entrada a la corrupción sistemática, cuando "todo está a la venta" como en roma en el siglo I antes de Cristo. Hay delitos como el peculado, el abuso de funciones, fraude, que no tiene castigos. Inclusive sus beneficiarios se jactan de ellos y hacen una exhibición obscena de los bienes mal habidos.

Por consiguiente en México podemos afirmar que hasta nos sobran leyes para la convivencia social. Las leyes son buenas en cuanto al diseño normativo, en cambio necesitamos una nueva conducta ciudadana de cumplimiento a la norma y conducta estatal para hacer cumplir la ley y sancionar su incumplimiento a través de los órganos jurisdiccionales.

En definitiva debemos elevar los índices de responsabilidad pública, garantizar la transparencia en los actos de gobierno y mejorar la calidad institucional, que servirá para controlar la ejecución presupuestal, en otras palabras saber cómo se controla, como se paga, como se licita y como ingresa al estado.
Twitter: @luiscarrs



1 comentario:

  1. Y donde nos deja a Nuevo León, Maestro.
    Mas respeto para este estado de puro animal de uña, por cuanto a gobernadores y politicos se refiere, por supuesto.
    Jorge Reza Holguín.

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