martes, 14 de diciembre de 2010

EL FANTASMA DEL DESEMPLEO

Hoy, el fantasma que recorre México, al igual que Latinoamérica es el desempleo, y subempleo, sin dejar de lado los bajos salarios y prestaciones, inseguridad laboral e inseguridad pública, siendo víctimas este fenómeno social los trabajadores mexicanos de todas las edades y condiciones, pero sus peores efectos más devastadores se producen en los jóvenes.

Según datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la tasa de desempleo de México subió al 5.70% en Octubre, porcentaje superior al registrado en igual mes del 2009.

El INEGI señala que la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en octubre pasado la población subocupada representó 8.0% de la PEA y 8.5% de quienes poseen una fuente de trabajo.

En los medios electrónicos, el gobierno de Calderón presume la “creación de 500 mil empleos” en lo que va del año., cuando deberían de crearse un millón 300 mil puestos de trabajo, en 2009 tampoco se llego a esa meta. sino que incluso se perdió un millón más de empleos, por lo que el déficit aumentó alarmantemente.

El problema deberá enfrentarse con algo más que con programas coyunturales, pues no puede dejarse tan vital problema a las fuerzas del mercado; la economía solo empleará a los mejores preparados pero marginara a quien no tengan educación adecuada y las conexiones sociales apropiadas.

La mayoría de los desempleados carecen de esas condiciones razón por la cual se incrementara la marginalidad social y la inviabilidad de la vida en común. Si se continúa como vamos, el resultado será para unos la frustración individual y la vida miserable, y para otros la informalidad, la migración y la criminalidad.

La imposibilidad de encontrar empleo crea una sensación de inutilidad e inactividad entre la gente adulta y joven que puede llevar a un incremento en la criminalidad, los problemas de salud mental, la violencia, los conflictos y el consumo de droga.

Hoy en día la delincuencia constituye una opción muy rentable. La impunidad ha conllevado a que las actividades delictivas sean sustitutos favorables de las actividades legales como fuentes de ingresos.

El monto de las pérdidas económicas de las victimas revela lo atractivo de las actividades delincuenciales, teniendo en cuenta que la mayoría de ellas no se denuncian. Ello equivale a que los ingresos ilegales sean tan seguros como los que se obtienen del sector formal, con la ventaja de que los delincuentes no pagan impuestos por ese ingreso.

Po otro lado los expertos pronostican que la recuperación del empleo tardará en llegar, pero lo que no espera son los gastos diarios de manutención que el desempleado y su familia deben afrontar. Si bien existen algunos programas institucionales de apoyo al empleo, como el programa de becas de capacitación para desempleados solo son paliativos que no resuelven el problema de fondo.



La tendencia creciente del desempleo en México demanda del gobierno federal y de los estados la implementación de políticas públicas que tengan como prioridad la reducción de la desocupación sino también atender la pérdida de ingreso que sufren los desempleados, como podría ser el seguro del desempleo, además de la inversión pública y privada.

México como país en desarrollo ha sido el más golpeado por su modelo económico, agravado por las crisis económica, donde la mayoría de jóvenes y adultos, padecen los efectos de la pérdida de empleo o el no poder encontrar un puesto de trabajo que reflejan la realidad con más dramatismo.

En definitiva el aumento del desempleo provoca, directa o indirectamente, la erosión del capital humano, la persistencia de la pobreza, agudiza la brecha entre grupos de altos y bajos ingresos, reduce el consumo de bienes y servicios, aumenta la informalidad, LA migración a Estados unidos y genera un incentivo para que cada día más jóvenes y adultos ingresen a la delincuencia por ser esta mas remunerativa.

carrsot_l@hotmail.com
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