viernes, 10 de diciembre de 2010

EL ADIOS DE GEÑO

Termina un capítulo para Tamaulipas. Termina el sexenio del gobernador Eugenio Hernández Flores, quien anteayer desde el Polyforum Victoria, se despidió de los tamaulipecos con motivo de su mensaje político relativo al Sexto Informe de Gobierno, que rindió por escrito el 28 de noviembre en el Congreso del Estado.
En un ritual arropado por la clase política estatal y nacional priista, Eugenio Hernández Flores señaló todas y cada una de las acciones que emprendió a lo largo y ancho de Tamaulipas, así como los logros alcanzados, donde aseguró que deja un Tamaulipas competitivo, moderno y justo, con altas calificaciones en educación, cultura, salud, bienestar familiar y medio ambiente.

Una gubernatura que se inició con diez compromisos, con muchos proyectos, varios de los cuales se quedaron en el tintero como el Costa Lora. Un Eugenio Hernández Flores firme en la forma y en el contenido, de trato fácil, de elocuencia y carisma personal formidable. Con una carrera política meteórica que le permitió pasar de diputado federal a alcalde de Ciudad Victoria y de ahí a gobernador.

El balance del sexenio de Hernández Flores es positivo, sin embargo los últimos años de su gobierno fueron marcados por los estragos causados por la violencia delincuencial, que son de tal magnitud que han opacado la acción gubernamental y sus logros.

Otras asignaturas pendientes, los problemas derivados de la crisis económica como el desempleo, el campo descapitalizado, pobreza, el patrimonialismo de algunos colaboradores.

Eugenio no fue un mal gobernador y su obra se encuentra ahí a la vista de todos, pero la inseguridad pública prevaleciente, afectó la imagen del político y eficaz administrador.

Si bien se dejan finanzas solidas, la deuda pública estatal es la más grande de la historia, no obstante la capacidad crediticia avalada por las calificadoras internacionales y garantizadas con los recursos provenientes de las participaciones, en un entorno económico tan adverso no deja de ser un obstáculo para la planeación del desarrollo de la próxima administración.

De ahí que los empréstitos no debieran considerarse como fuente normal de los ingresos estatales y municipales, como si se tratara de contribuciones fiscales, sino como recursos excepcionales complementarios.

En el tema político, Hernández Flores destacó las cualidades de Egidio Torre Cantù “sé de sus alcances, sus proyectos y su determinación para servir con entrega a esta gran entidad. Es un hombre visionario, de resultados, del que tengo la plena seguridad que dará más fortalezas a la acción del estado”.

Por su parte del presidenciable Enrique Peña Nieto fue el más asediado de los invitados, a quien el gobernador Hernández Flores felicitara por su reciente matrimonio con Angélica Rivero y “por todo lo que venga” en clara alusión al 2012, refrendándole su compromiso al proyecto político del mexiquense.

A Humberto Moreira Valdez es Gobernador de Coahuila y casi presidente nacional del PRI; le reiteró su apoyo para que resulte electo sucesor de la señorita Paredes. El gober bailador en posterior entrevista tuvo la cortesía de aceptar que podría incorporar a Hernández Flores a su equipo de trabajo partidista.

Por otro lado fue muy notoria la ausencia de dos actores políticos, la presidenta nacional del PRI Beatriz Paredes Rangel y el presidente del Senado, Manlio Fabio Beltrones, sin embargo el Gobernador tamaulipeco con mucho oficio político les hizo públicamente un reconocimiento hacia ambos políticos priistas.

En definitiva cumplida la parafernalia política de la emisión del mensaje del ingeniero Eugenio Hernández Flores y su adiós a los tamaulipecos, se inicia una nueva etapa, con el proceso de transición en marcha, rumbo al sexenio 2011-2016 como lo expresó el propio ejecutivo estatal en su discurso.
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