martes, 19 de octubre de 2010

CHILE Y MEXICO. DIFERENCIA

El rescate de los 33 mineros chilenos después de más de dos meses atrapados bajo cientos de toneladas de tierra y roca a 700 metros de profundidad, removió una herida abierta hace más de cuatro años, por el criminal abandono de 65 trabajadores mexicanos de la mina Pasta de Conchos, de San Juan de Sabinas Coahuila.

La liberación de los trabajadores metalúrgicos andinos ha removido el dolor que dejó la muerte de los mineros que quedaron sepultados a raíz de una explosión en la mina Pasta de Conchos el 20 de febrero de 2006.

Lo ocurrido en Chile obliga a hacer una comparación con lo que sucedió en México, en tanto el presidente Sebastián Piñeiro asumió el problema como un asunto de estado, sin importar costos o discutir quién era el responsable del desastre, con sensibilidad política decretó hacer todo por rescatar a los mineros.

Las autoridades chilenas tomaron medidas preventivas y correctivas, asegurando de manera precautoria las cuentas de la empresa minera a fin de garantizar fehacientemente las indemnizaciones. Así mismo inicio un procedimiento de auditoría contra la agencia estatal que regula la seguridad en las minas en ese país respecto a la condiciones de la empresa minera.

En cambio en México, el gobierno no hizo los esfuerzos necesarios por sus ciudadanos, mas dio la sensación de proteger los intereses de las empresas que literalmente saquean al país, como IMMSA perteneciente a la empresa Grupo México.

Contrario al caso chileno en la tragedia de la pasta de conchos con el doble de mineros sepultados, aun cuando hubiera sido ineficaz la búsqueda, el esfuerzo, las autoridades mexicanas se enfocaron más en ocultar información, buscar culpables y justificar de todas las formas posibles la imposibilidad del rescate. Las vidas de los mineros coahuilenses pasaron a segundo término.

La decisión desató el dolor, impotencia y desesperación de los familiares de los obreros fallecidos, que increparon al entonces titular de la STYPS y a los ejecutivos de la empresa. Pareciera que el gobierno y el consorcio minero se habrían unido para sellar la mina y no permitir rescate de ninguno de los trabajadores metalúrgicos.

De ahí que la reflexión del ejemplo chileno nos lleva a la conclusión de que los mexicanos nos encontramos solos, sin ningún respaldo oficial frente a las múltiples adversidades.

El régimen foxista perdió la oportunidad de cómo una tragedia se puede utilizar a su favor de haber emprendido una acción de rescate que hubiera cimbrado la conciencia nacional y despertado un sentimiento de unidad del pueblo con su gobierno aunque los esfuerzos hubieran resultado infructuosos.

En definitiva el gobierno mexicano mas allá de haber cerrado la averiguación previa y devolver la mina a sus dueños, deberá reabrir el caso de pasta de conchos, investigar la verdad y castigar a los responsables e iniciar las acciones del rescate de los cadáveres de los 65 mineros y otorgar pensiones para las viudas superiores a las establecidas en el contrato colectivo.

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