viernes, 22 de febrero de 2013

LA REFORMA ENERGETICA.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que el Estado ejercerá de manera exclusiva entre otras las siguientes áreas estratégicas: petróleo, los demás hidrocarburos y de la petroquímica básica.

¿A qué viene lo anterior? Se preguntara el lector. Viene a cuento por la reforma energética que propone el presidente de la republica Enrique Peña Nieto mediante la cual pretende crear nuevas figuras y esquemas de participación de la iniciativa privada internacional en el sector petrolero mexicano.

De ahí que cuando se habla de privatización se hace referencia a la participación de la iniciativa privada nacional y extranjera en cualquier eslabón de la cadena productiva industrial de PEMEX o permitir que haya concesionarios en la exploración, producción, transporte, almacenamiento etc.

Está visto que el objetivo principal de la reforma energética es el de regularizar hechos relacionados con la energía, que se han venido presentando desde la década de los noventa del siglo pasado y sobre todo para abrir la inversión privada internacional en la industria petrolera nacional.

Cabe decir que la reforma que se pretende significa en los hechos un retroceso que pone en entredicho la viabilidad de México como Estado-Nación. Por lo tanto no puede verse a esta reforma como una simple modificación legal que liberaliza y privatiza el más importante sector de la economía.

Como podrá observarse con la reforma energética se procede en sentido contrario a las tendencias mundiales. Hoy en dia países como Argentina, Bolivia, Ecuador Brasil nacionalizan sus recursos energéticos y fortalecen a los organismos públicos que los explotan, sin dar participación sustancial a los inversionistas privados, principalmente extranjeros.

He aquí que México por el contrario le urge entregar la industria petrolera nacional al capital privado exterior, así como el control del sector. La reforma no obliga a Pemex a realizar con sus propios medios, un mínimo de trabajos petroleros y menos a realizarlos de manera creciente.

En el mismo orden de ideas, el juego permanente que existe entre el 27 constitucional y la iniciativa de reforma energética, la primera juega reservar para la nación la industria petrolera y la segunda transforma todas las actividades que conforman el sector en servicios contratables con el sector privado.

De tal suerte que el problema con la reforma es que se entrega la industria petrolera exclusiva de la nación a inversionistas privados extranjeros, no obliga ni siquiera a Pemex a realizar con sus propios medios , un mínimo de trabajos petroleros y menos a realizarlos de manera creciente .

Por lo tanto la reforma es una consecuencia de las presiones del Banco Mundial, OCDE, los poderes facticos, las grandes trasnacionales del petróleo que convencieron al gobierno mexicano y a los principales partidos políticos para que se diseñara un marco jurídico ad hoc que les permitiese participar en la explotación de los recursos petroleros que son de la nación.

Por otro lado en ese proyecto existen elementos que evidencian que la reforma que se pretende hacer, se hace no tanto para modernizar a Pemex sino principalmente para regularizar situaciones de hecho y promover otras nuevas que beneficiarían a las grandes compañías petroleras del mundo, sin que importe ello la afectación y menoscabo de los principios constitucionales.

Por lo tanto se debe tener presente que la Constitución actual indica que la industria del petróleo, de los demás hidrocarburos y de la petroquímica básica es estratégica y que por ello mismo, debe haber exclusividad estatal.

En cambio la propuesta de Ley Reglamentaria del actual gobierno dice que no, que sólo algunas partes son estratégicas. Se trata, evidentemente de una corrección a la Constitución, por lo que en todo caso debiera hacerse directamente la modificación al texto constitucional.

En definitiva, la reforma energética para acabar con la exclusividad del estado en la industria petrolera” cuenta con dos vías modificando los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución y reinterpretando la Carta magna a través de modificaciones a la Ley de reglamentaria (ley de Pemex).
Twitter: @luiscarrs







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