martes, 10 de abril de 2012

VOTO DE LOS INDECISOS.




Las campañas electorales de los candidatos presidenciales, se han iniciado y con ello los cientos de miles de spots, pancartas, volantes, espectaculares y demás objetos de mercadotecnia política, donde los Indecisos en las encuestas ocupan el segundo lugar sobre las elecciones presidenciales del 1º de julio.

De la amplia ventaja que lleva Enrique Peña Nieto candidato del PRI, las encuestas nos revelan una realidad incuestionable un México que ya no tiene confianza en los partidos políticos, ni en sus candidatos. Ni cree en sus discursos, en sus mensajes, ni mucho menos en sus propuestas. Un México indeciso.

Mas del 34 por ciento de los indecisos pueden ser para los candidatos a la presidencia la suma de todos sus temores y a la vez el lugar desde donde pueden apostarse, con la esperanza de alcanzar cambios sustantivos en la intención del voto a su favor para detonar su asenso en la conquista del poder político.

En otras palabras el sector de indecisión constituye para los presidenciables el más amplio espacio para crecer, como también el escenario más riesgoso para despeñarse, donde cada error por más insignificante que parezca puede costar la presidencia.

El triunfo de EPN de acuerdo a las encuestas no debería estar en duda, los intérpretes de las tendencias de la opinión pública caminan sobre terreno seguro y es de suponerse las sutilezas y argucias argumentales que han construido para mantener el posicionamiento en las preferencias electorales del ex gobernador del EDOMEX, sin advertir que sus opiniones han transitado sobre lo ya sabido.

La campaña electoral está más centrada en spots, lugares comunes, denuncias, y ataques personales, que en propuestas realmente significativas, que en programas de gobierno y sobre todo del silencio del rumbo a tomar en materia económica en los próximos seis años, para motivar a los electores.

Cabe señalar que en México debemos tener en cuenta a un electorado flexible, maleable y pragmático cuya elección ahora es más calculada, atendiendo a estrictas consideraciones de cálculo de conveniencia, donde las tradicionales adhesiones de la praxis política han quedado obsoletas.

Estamos actualmente frente al mayor porcentaje de ciudadanos que no han tomado la decisión de optar por una opción electoral. Quienes ocultan su voto, los indecisos de la clase media siguen esperando sin demasiadas expectativas y sin darse prisa.



Po otra parte entre los economistas parece existir el consenso de que la macroeconomía está bien, aunque con un crecimiento magro. El crecimiento económico no llega al segmento de las familias más pobres del país. Lo que se observa es "un crecimiento sin chorreos”.

Un amplísimo sector del electorado no ha sido beneficiario del crecimiento económico, como si lo han experimentado los sectores de altos ingresos del país. El Electorado entiende que desde el gobierno se tiene que hacer mucho para resolver la situación de pobreza persistente que vive la mayoría de los mexicanos.

Los candidatos Enrique Peña Nieto; Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota no están abordando el tema del modelo económico con propuestas técnicamente serias, precisas y articuladas, solo se han limitado a generalidades y planteamientos superficiales sin contenido.

Aunque han hecho énfasis en aspectos diferentes, todos se han pronunciado por mantener lo esencial del modelo económico actual.

Una buena parte del electorado indeciso no quiere escuchar nada que se parezca a un regreso a las políticas populistas de los ochentas de AMLO, ni a seguir con el crecimiento concentrado como actualmente acontece, con más de lo mismo que ofrecen EPN Y JVM.

De tal modo que los candidatos a la presidencia de la republica, no están enviando ninguna señal explicita de atender de raíz los problemas de seguridad pública, de pobreza del país, del crecimiento económico para ganarse el electorado, de ahí que ni tan siquiera simulen desmarcarse de las políticas de mercado, ni mucho menos instrumentar mecanismos de compensación.

México se ha transformado, ya no existe la posición hegemónica del PRI sobre todas las cosas, ni la opción del cambio que representaba el PAN. El PRD, PT y Movimiento Ciudadano no han logrado convencer en los estados que ha gobernado, salvo en su bastión de poder, el Distrito Federal.

En definitiva con márgenes tan estrechos en propuestas y promesas tan parecidas de los candidatos presidenciales, los votantes no lo tiene nada claro, no debería sorprender que la indecisión ciudadana encabece las encuestas, siendo este alto porcentaje ciudadano quien efectivamente deberá analizar fríamente las opciones y con ellas el riesgo que se les ofrece, para definir la elección presidencial.
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