martes, 22 de enero de 2013

LA CRUZADA NACIONAL CONTRA EL HAMBRE.


México vive una realidad caracterizada por la desigualdad social que profundiza la pobreza y que es producto del cambio del papel del Estado y de sus políticas económicas. En otras palabras el cambio del estado keynesiano al neoliberal que ha provocado el crecimiento acelerado del hambre y la pobreza extrema.

¿A qué viene lo anterior se preguntará el lector? Viene a cuento por la puesta en marcha en Las Margaritas, Chiapas, de la Cruzada Nacional contra el Hambre por el presidente Enrique Peña Nieto, que inicialmente beneficiaría a 7.4 millones de beneficiarios en 400 municipios del país, con altos niveles de pobreza extrema y carencia alimentaria.

Así pues la cruzada que lanzó Peña Nieto tiene como objetivo atender las necesidades alimenticias más urgentes y garantizar la producción futura de alimentos.

De tal manera consideramos que la Cruzada mediática con sus cinco ejes, no acabará con el hambre y la pobreza, si no está acompañado de un cambio radical de modelo económico, que se aparte del neoliberalismo excluyente, que ha caracterizado la política económica desde hace tres décadas, donde se ha observado un incremento apresurado de la desigualdad y la pobreza.

De ahí que Peña Nieto se en la Margaritas Chiapas se haya presentando con dos facetas, una de neoliberal con su tentativa de que participe la iniciativa privada en Pemex y a la otra de asistencialismo social para amortiguar a los pobres los efectos de la globalización de la economía.

Tengamos presente que el modelo neoliberal ha facilitado una concentración económica inusitada, acumulación capitalista basada en la liberalización del mercado, en la apertura al comercio mundial, en la quiebra de la industria nacional y el incremento de la desocupación.

En otras palabras no se terminará con la marginación extrema con más dadivas públicas, que profundizan las políticas paternalistas y clientelares del pasado.

Cabe señalar que vivir al día, con ingresos menores a los 20 pesos diarios constituye un atentado a la dignidad humana, una comida al día consistente en tortilla, café y algunas verduras para millones de niños es un agravio que no se debería permitir.

A ello habrá que sumarle la falta de agua potable, vivienda, salud, educación y sobre todo nutrientes para que el ser humano enfrente los retos que requiere la existencia y que hoy únicamente garantizan la subsistencia.

De tal suerte que México es un país con niños desnutridos y con enfermedades producto de la insalubridad, que no tiene futuro y mucho menos alternativa en el corto ni mediano plazo.

Por otro lado la desigualdad social va progresivamente deteriorando el tejido social, totalmente susceptible al incremento de la pobreza, que va formando un estado crítico fundado en la indigencia y la exclusión social, constantes de un modelo de vida tan salvajemente excluyente y selectivo.

De todo ello se desprende que el primer paso para derrumbar al neoliberalismo tendría que ser atacado en el centro de du linea de flotación, mediante una estrategia de redistribución de la riqueza, establecimiento de un nuevo impuesto sobre la riqueza o patrimonio de las familias más adineradas que va más allá del ISR, IETU o el IVA

En definitiva los pobres no deberían ser considerados objetos, sino sujetos del desarrollo que no necesitan más dádivas asistencialistas, sino la pobreza hay que erradicarla más poder, riqueza y empleo para poder participar activamente en la vida económica y política del país. Por lo tanto La verdadera cruzada debería ser en favor de la justicia social, no por el fortalecimiento del paternalismo y clientelismo de de siempre.
lucarrso@hotmail.com
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