martes, 11 de diciembre de 2012

LA REFORMA EDUCATIVA PEÑANIETISTA.



El dia de ayer en el Museo de Antropología, el presidente de México Enrique Peña Nieto presentó la iniciativa de reforma educativa prevista en el "Pacto por México", donde la gran ausente fue la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, aunque acudió el secretario general del gremio, Juan Díaz de la Torre.

La propuesta de reforma educativa tiene como objetivo una serie de modificaciones al artículo tercero de la Constitución, además de cambios a la Ley general de educación, para elevar a rango constitucional al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación dotándolo de autonomía, el crecimiento del Programa Escuelas de Tiempo Completo, y prohibir la venta de alimentos que no favorezcan la salud de los alumnos.

La iniciativa propone otros aspectos como la creación de un servicio profesional de carrera para los docentes, que el SNTE ya no intervenga en la asignación de plazas o en el ascenso de profesores, además de un sistema de evaluaciones que serán obligatorias. No obstante la reforma respetará los derechos laborales individuales y colectivos del magisterio.

Más allá de que las propuestas de la reforma coinciden con las recomendaciones de la OCDE a México, la educación es uno de las grandes asignaturas pendientes del país. Por tanto no debe, ni puede ser postergada, el país necesita de una educación de excelencia para competir en un mundo globalizado, que cada dia presenta mayores exigencias en materia de investigación y tecnología.

En ese tenor resulta muy significativo que el tema educativo sea abordado en la naciente gestión del presidente Peña Nieto. Por consiguiente se debe ir al fondo de la problemática educativa, ya no es suficiente los discursos de buenas intenciones y reformas en la legislación sin concretarlos en la realidad.

Además el estado debe contar con una firme voluntad estatal para instrumentar e implementar políticas públicas que tiendan al mejoramiento y rehabilitación de la infraestructura física y sanitaria de los edificios escolares, el cuidado de los alumnos, garantizar la gratuidad de la educación pública, para no obligar a los padres de familia a suplir al estado en la función educativa en el caso de las cuotas escolares y otras cargas.

Por otro lado el SNTE es un grupo de interés que, en forma centralizada y descentralizada, recurre a diversas estrategias para presionar a las autoridades educativas en lo relativo al aumento de salarios y prestaciones, pero también en lo que respecta al mantenimiento de sus espacios de control en el ámbito del sector educativo nacional y de los estados.

Sobra decir que actualmente al amparo de las relaciones laborales SEP-SNTE, como la Ley General de Educación, las Condiciones Generales de Trabajo, el reglamento de Escalafón y los lineamientos de Carrera Magisterial, los líderes sindicales han “colonizado” el aparato educativo de dos formas: ubicando a sus cuadros en los puestos directivos “de confianza” y manejando la totalidad de la asignación de las plazas, así como los ascensos y permutas.

En definitiva con la reforma educativa la Secretaría de Educación Pública, debe ser la dependencia del Ejecutivo Federal que ejerza la rectoría del Estado en materia de educación, que si se aplica, impediría que el SNTE siga interviniendo y colonizando los espacios del sistema educativo, para que éste sea el gran agente formador de una educación con excelencia para generaciones del futuro de México.
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