martes, 22 de mayo de 2012

LA MARCHA CONTRA PEÑA NIETO.



Más allá del origen o paternidad de la marcha del sábado pasado en contra de Enrique Peña Nieto, realizada en la capital del país por 46 mil personas entre jóvenes y grupos sociales, históricamente es la primera ocasión que en tiempos de campaña electoral se protesta contra un candidato a la Presidencia.



Lo que se inicio con un fugaz y rotundo rechazo- abucheo a EPN por los estudiantes de la Universidad Iberoamericana y sin haber concluido el control de daños, se transformó en una movilización social “Anti-Peña Nieto” que terminó no solo exhibiendo y desprestigiando al mexiquense en las calles, sino a todo al priismo, para impedir su regreso a los pinos.

De ahí que los reclamos de los jóvenes universitarios, sean legítimos. Pero, es lógico que detrás de esas marchas “apartidistas” y de ellos, hay activistas políticos de derecha y de izquierda, movilizaciones que son alentadas por la propia josefina Vázquez Mota, en las que no solo han participado estudiantes universitarios, sino también grupos de la sociedad.

Por tanto se terminó recurriendo al antipriismo, sin necesidad por el momento de tener que recurrir a los expedientes negros de alto interés mediático como la criminalización de algún gobernador o ex gobernador priista; tampoco hubo necesidad por ahora de exhibir problemas personales o filtrar información sobre reales o presuntas corruptelas, resultando más eficaz las manifestaciones.

Cabe decir que el expresar mediante una manifestación publica el rechazo contra una persona(candidato) sin responsabilidades públicas, es un hecho o fenómeno político, materia de los estudiosos de la Ciencia Política, para descubrir su regularidad observable presentada y expresarla en forma de ley general de carácter causal que permita su explicación y previsión empírica de este fenómeno.

Por otro lado el padrón electoral registra 14 millones de votantes jóvenes, por lo que surgen las preguntas obligadas ¿Cuántos jóvenes votaran el 1º de julio? y ¿Por quién votarán? ¿Hacia qué candidato se canalizará el sentimiento antipeñista antipriísta? La realidad es que no se sabe.



En los jóvenes existe la sensación de que hay una fuerza política opresora que ha provocado que los jóvenes mexicanos salten al primer plano de la vida pública, inyectaron una nueva dinámica al proceso electoral, en las calles dicen que quieren un cambio profundo para el México que ellos sí vivirán, y que lo que tienen ante sus ojos no es lo que necesitan.



Retomando el tema de la manifestación, la cuestión no radica en saber quién estuvo detrás del incidente en la Ibero o quién promovió la marcha, sino en reconocer que el PRI y su candidato han perdido a los jóvenes y que la dirigencia del PRI también padece la incomprensión de la nueva realidad de los jóvenes.



En el mismo orden de ideas los candidatos presidenciales han perdido la capacidad de interlocución con los jóvenes universitarios, aún en el caso de que hubieran sido manipulados. La reacción del PRI al incidente en la Ibero evidenció que el priísmo sigue siendo el mismo del pasado: el de la incomprensión hacia los universitarios, el de la represión a los jóvenes, el que exige adhesión acrítica.



En definitiva el incidente de la Ibero, la marcha de los estudiantes del 19 de mayo contra de Enrique Peña Nieto candidato a la presidencia del PRI, fue de un efecto adverso para su imagen y para quienes han construido durante cinco años su figura pública: la televisión, el “Nuevo PRI” y hasta Carlos Salinas de Gortari y como consecuencia un impacto negativo en las preferencias electorales.
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