viernes, 18 de noviembre de 2011

LA ENCUESTOCRACIA DE LA IZQUIERDA

Con el camino ya despejado, después de una campaña de casi cinco años, Andrés Manuel López Obrador se convirtió en el virtual candidato presidencial de la izquierda para 2012, tras conocerse el resultado del par de encuestas que lo dieron como ganador sobre Marcelo Ebrard Casaubón.

El Tabasqueño ganó tres de las cinco preguntas que se hicieron en seis mil cuestionarios por las empresas Nodo Investigación y Covarrubias, de las encuestas se desprende que Marcelo Ebrard goza de mejor opinión. Trae menos negativos. Sin embargo las preferencias favorecieron, por ahora a López Obrador.

La encuestocracia practicada por la izquierda mexicana, resultó finalmente mejor método que la democracia, como quedo demostrado con la selección de candidatos a la presidencia de la republica, sin riesgos de divisiones internas partidistas, ni de los llamados cochineros electorales y lo más sorprendente que no están reconocidas como método por los estatutos del PRD, PT y Convergencia.

Frente a ese inédito pragmatismo político que sería materia de estudio de los cientistas de la política, habría que reconocer que el acuerdo entre AMLO y MEC pretende equilibrar la secuela política perdedora de la última década del PRD, PT y Convergencia, han perdido bastiones y gobiernos emblema, como son los de Tlaxcala, Zacatecas, Baja California Sur y Michoacán, con excepción del Distrito Federal.



De tal suerte que todos los grupos o tribus han acatado el acuerdo entre Ebrard y AMLO en la definición de su candidato presidencial. Relanzando a López Obrador radicalizado en 2006, ahora procura moverse hacia el centro. De ahí su nuevo discurso más suavizado, moderado y conciliador.

Intenta Andrés Manuel López Obrador disfrazar una imagen distinta a la del 2006. Aprendió las lecciones de la derrota. Ahora habla de recuperar valores espirituales y morales, de la republica del amor, idénticas a la de los cristianos, cuya carencia afirma ha conducido a México a la situación actual.

Otra lectura que nos ofrecen los encuestocratas es que sin el pragmatismo político exhibido por AMLO y Marcelo, los membretes PRD, el PT y Convergencia no tendrían ninguna posibilidad de participar en la contienda presidencial de 2012.



Por consiguiente se puede afirmar que hoy la izquierda mexicana como partido ha muerto y sus membretes son propiedad de dos grupos de ex priistas que en julio próximo podrían reeditar aquel pleito por el poder, en 1986, cuando Cuauhtémoc Cárdenas y Miguel de la Madrid fracturaron al PRI.





En ese tenor, Andrés y Marcelo saben que el PRD no tiene futuro. Lleva tres gubernaturas perdidas al hilo en menos de año y medio y por si fuera poco, los encuestocratas pronostican que podría perder la joya de la corona perredista, el Distrito Federal. Así de grave está la viabilidad política del partido del sol azteca.



Por otro lado el anuncio del triunfo encuestal de López Obrador sobre MEC como candidato presidencial de la izquierda, sumado al hecho de que Enrique Peña Nieto puntero del PRI lo duplica en intenciones de voto incluso a Josefina Vázquez Mota del PAN, abre la incógnita sobre la actitud del Presidente Calderón en un escenario donde resulten finalistas AMLO por el PRD y Peña Nieto por el PRI.



El Presidente Calderón, independientemente del margen de maniobra que le quede, con una candidatura panista sin futuro, entre pánicos se jugara el todo por el todo sopesando a su vez los costos de un triunfo de uno de sus peligros para México, AMLO, frente a los costos de un triunfo del otro peligro moral: Peña Nieto.



Por su lado Marcelo Ebrard con madurez y estatura política acepto su derrota, con ello evitó fracturar la izquierda, anular las posibilidades de competir en 2012 y entregar la ciudad de México al Pri, sobre todo predico con el ejemplo a los perredistas de cómo debe comportarse un demócrata. López obrador lo necesita para acercar el voto útil de los centristas del PRI y del PAN.



En definitiva, la encuestocracia confirmó que Andrés Manuel López Obrador será candidato a la Presidencia por segunda vez, el ejercicio estadístico demostró que está más fuerte y mejor posicionado en las clases marginadas, Marcelo Ebrard Perdió la candidatura, pero ganó estatura ante la opinión pública y peso en su partido e incremento su capital político.
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