viernes, 2 de septiembre de 2011

V INFORME DE FCH


El presidente Felipe Calderón Hinojosa precedido de un marco aderezado por manifestaciones y marchas sociales, rindió por escrito el V Informe de Gobierno al Congreso de la Unión, sobre el estado que guarda la administración pública federal como lo establece la constitución.

¿Qué informó el presidente Calderón al Congreso y a los mexicanos más allá de cifras, datos y porcentajes de algunos logros y avances en obras de infraestructura, acciones ambientales (cambio climatico), salud, seguro popular, seguridad pública, lucha contra la delincuencia organizada, captura de capos?

Lo que debemos esperar, que en el documento se hayan abordado con realismo y autocritica los temas como la inseguridad, la violencia, la impunidad, el desempleo, la pobreza, la corrupción, ya los legisladores lo darán a conocer es el glose del informe.

En suma los planes y los proyectos que promovió Calderón como candidato y luego ya como presidente han quedado enterrados entre las cenizas de cada fuego apagado.

En lo que si tiene razón el presidente es que el país está convulsionado por la violencia delincuencial, donde amplias zonas de la república el orden público está roto, los mexicanos viven atemorizados donde se advierte la ausencia del estado y la ya existencia de entidades que de hecho están convertidas en fallidas.

No cabe duda de que con el informe del Presidente del quinto año de gobierno se podría resumir un sexenio que pasará a la historia como el más violento, el de mayor crisis económica, política y social de la historia reciente. Con más de la mitad de la población en estado de pobreza.

En cuanto al balance de las acciones de gobierno estas no permiten ser positivas. La inseguridad está desbordada, el desempleo sigue en las alturas, mas pobreza y el crecimiento económico es poco o nada y además muy lento.

En efecto la calidad de la educación esta rezagada, es un país de reprobados, debido en buena medida al deficiente diseño de políticas públicas, a la falta de competitividad de docentes y arcaicos métodos de enseñanza aprendizaje.

El campo mexicano se mantiene en el olvido. Las reformas que le urgen al país se encuentran congeladas: ni la de estado, ni la fiscal, ni la política, ni la económica, ni la laboral se han cristalizado.

Así vemos que lo que se anunció como uno de los grandes proyectos del sexenio la construcción de una nueva refinería en Tula Hidalgo está paralizada.

De esta suerte no se percibe una Presidencia fuerte, por la baja estatura política de sus colaboradores para desempeñarse como secretarios del despacho, y por los pocos o nulos resultados.

En definitiva México va de tropiezo en tropiezo, muy poco se ha avanzado en las prioridades del gobierno calderonista, a sabiendas de que la mayoría de éstas deben pasar por el Congreso y no dependen exclusivamente de la voluntad del Presidente pero si de la capacidad y oficio político para alcanzar acuerdos.
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