La cámara de diputados recibió del presidente Felipe Calderón el paquete económico 2012 que contiene los criterios de Política económica, los proyectos de la ley de ingresos y presupuesto de egresos de la federación, la propuesta de modificaciones al código fiscal y la ley federal de derechos para su discusión y aprobación.
En efecto los criterios generales de política económica de acuerdo a la Secretaría de Hacienda son la base del paquete económico, relativos al crecimiento del producto interno bruto; la inflación; el precio del petróleo; el tipo de cambio promedio; entre otros. Es el documento donde se publican las expectativas macroeconómicas y el desempeño de las finanzas públicas para el próximo año.
En cuanto a la Ley de Ingresos esta define anualmente los recursos que obtendrá el gobierno federal por concepto de impuestos, derechos, productos, aprovechamientos, la venta de bienes y servicios, descartando hasta el momento la aplicación de nuevos gravámenes para el próximo año.
Así pues una vez resuelto el tema de los ingresos, el gobierno plantea la distribución de los recursos y el egreso que ejercerá en gasto corriente, programas sociales, proyectos de infraestructura y otros temas que integran el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).
Tomemos ahora el PEF 2012 que en los hechos no contiene expectativas de crecimiento económico, apenas vislumbra un 3.5 % del PIB y la promesa gubernamental de mantener el equilibrio de los números macroeconómicos, meta que desde luego no es suficiente para mejorar la vida de los mexicanos.
De ahí que el país le urge crecer, desarrollarse y crear empleos, en teoría podría lograrse con un manejo responsable y contra cíclico de las finanzas públicas durante el ejercicio fiscal 2012. Por lo que cada peso debe ser asignado bien y mejor gastado. No debería haber margen para el error, el dispendio o el derroche.
De tal suerte que factores externos Factores como el sombrío panorama financiero internacional, particularmente Estados Unidos y la Unión Europea países que han transitado de la desaceleración a la recesión económica, por lo que cuyos efectos podrían ser devastadores para México si no se toman las previsiones del caso.
De mismo modo un factor interno lo constituye el 2012 como un año electoral, que abrirá la puerta a la tentación de usar dinero público con criterios electoreros, en esas circunstancias los recursos públicos no deben ser usados con fines partidistas o desviados a gastos de campaña en ningún orden de gobierno.
Por otro lado para el nuevo secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribeña, no obstante ser un experto en el cabildeo, no será un día de campo la negociación presupuestal, sobre todo con la oposición legislativa, especialmente la del PRI, en la parte de la repartición de los gastos porque todos quieren más y más dinero.
Ante todo, se estima que el objetivo principal del paquete económico debería ser el estímulo del mercado interno, de ahí la necesidad de insistir en la aprobación de los cambios estructurales que requiere el país para su fortalecimiento y reducir la elevada dependencia del exterior.
Naturalmente hay que cuidar que sea un debate donde se discutan proyectos concretos y no las abstracciones de justicia distributiva, para evitar que el dinero público vaya a barriles sin fondo y cuentas opacas por todo el país.
Es conveniente por los momentos que vive el país que los diputados efectúen un ajuste real al gasto público con la disminución de asignaciones presupuestales al IFE, a los partidos políticos, a los poderes autónomos de la federación y entidades federativas.
En definitiva el paquete económico presentado por el gobierno federal no traerá mayores sorpresas es más de lo mismo. No hay propuestas de modificaciones a las tasas de los impuestos, al margen de que las negociaciones presupuestales, que tienen poco de análisis técnico y mucho de intereses políticos.También lo es que no habrá mayor crecimiento ni generación de más y mejores empleo.
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