martes, 6 de septiembre de 2011

LAS PARAFINANCIERAS RURALES.




El sector agrícola mexicano a pesar de los diversos programas de apoyo como activos productivos, procampo, progan entre otros, creados por el gobierno federal, son insuficientes para cubrir los graves problemas financieros de los productores agropecuarios para la comercialización de los productos.



He aquí que la descapitalización y baja productividad del campo obedece a factores como la apertura comercial, a la competencia desleal y fuerzas de un mercado dominado por las trasnacionales que mantienen los precios en bajo niveles.



Incidiendo también la falta de un mercado para sus productos, el desamparo gubernamental ante la ausencia de instancias comercializadoras y precios, la escasez de fuentes de financiamiento para el campo y la acumulación de las carteras vencidas.



De ahí que la falta de rentabilidad de las actividades agropecuarias hace inviable el futuro de los productores (sector social y privado) que no participan en los mercados internacionales.



Aunado lo anterior a que la Banca de desarrollo aún no asume un papel de verdadero fomento, se observa un enfoque muy marcado “al fondeo” y con una resistencia a involucrarse directamente en el riesgo de los proyectos.



De tal suerte que los bancos comerciales decidieron restringir el otorgamiento de créditos, contribuyendo a la descapitalización del campo, por lo que la mayoría de los productores de las entidades federativas especialmente los no orientados a la exportación, no han aprovechado otras alternativas no bancarias como las Parafinancieras o Sofomes que se encuentran subutilizadas.



En efecto las parafinancieras son personas jurídicas que se integran con personas físicas o morales, acreditadas como intermediarios financieros, que facilitan el acceso, la distribución y la recuperación de crédito, recursos y/o servicios a productores y empresarios del sector agropecuario, actuando como financiadores de segunda instancia de las cadenas de valor agroalimentarias.

Al tenor de eso se dice que estos intermediarios financieros son híbridos, al realizar operaciones de crédito con productores agropecuarios y realizar la venta de insumos agrícolas y la comercialización de las cosechas.

Por tanto las parafinancieras permiten tener ventajas comparativas en la intermediación financiera dado que trabajan con un grupo de prestatarios que conocen y cuyos créditos quedan garantizados con la entrega de la cosecha a esta institución.

Por otra parte, el negocio principal de las parafinancieras es la comercialización de insumos y/o productos agropecuarios, la industrialización o la utilización de los commodities agrícolas.

Por tanto, mediante la proveeduría de financiamiento a los productores rurales, las parafinancieras se convierten en eficientes y competitivos vehículos de crédito y de acceso a los mercados, a tecnología, asistencia técnica y capacitación a los productores agropecuarios del país.

Está demostrado que el éxito de las parafinancieras radica en su gestión para complementar el financiamiento con la proveeduría de tecnología, capacitación, asistencia técnica, como estrategia para hacer competitiva y eficiente a la red de valor donde participan.



En definitiva las parafinancieras han mostrado ser un mecanismo eficiente y competitivo para llevar crédito a los productores rurales del país, garantizando que los costos de transacción de acceso al financiamiento para los agricultores sean muchos menores comparados con los de una institución de crédito y financiero.
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