martes, 20 de mayo de 2014

Centralismo electoral.


Camara de diputados aprobando la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales  
Tamaulipas mèxico.- El federalismo es un acuerdo de unión entre varias entidades territoriales llamados estados que delegan parte de su soberanía en un organismo u autoridad general denominado Estado Federal. Las entidades federativas conservan su autonomía, leyes y autoridades propias.

Viene a cuento todo lo anterior, porque el gobierno federal, partidos políticos y legisladores se empeñaron en suprimir el federalismo electoral, al centralizar las funciones electivas en el Instituto Nacional Electoral(INE), como una forma de evitar por parte de los gobernadores la manipulación en los procesos electorales quienes en los hechos se convirtieron en una suerte de señores feudales.

Cabe decir que el centralismo es un sistema que concentra el poder y las funciones político administrativas en un órgano central: el Estado Unitario como autoridad suprema, el cual provee exclusivamente el ejercicio y administración de los derechos públicos y colectivos de un país.

Al efecto de la reforma constitucional político- electoral aprobada el 10 de febrero pasado, surgió la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, recién aprobada, que confirmó el retroceso centralista al concentrar funciones sustantivas electorales, en un órgano autónomo federal como el INE, en detrimento de los principios y las bases del federalismo.

Tengamos presente que gobernadores provenientes de cualquier partido político controlan prácticamente todo en su estado: el congreso y el tribunal superior de justicia, las presidencias municipales, las Comisiones estatales de derechos humanos, los Institutos de acceso a la información etc. y hasta los medios.

De ahí que en lugar de vulnerar el federalismo electoral con la referida reforma política, se debería limitar el poder de los gobernadores, apoyando a los Congresos locales para que actúen como verdaderos contrapesos, otorgándole facultades al Senado de la República para remover o destituir a los gobernadores para hacer viable el federalismo.

Observamos que en el tema del centralismo este se concreta en el arreglo institucional por la vía de la legalización.

En ese tenor el Instituto Nacional Electoral tiene facultades para nombrar y remover consejeros electorales locales; atraer a su competencia la organización y realización de elecciones estatales y municipales; fiscalización de partidos y candidatos, que los magistrados electorales estatales sean electos por el Senado conforme la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.

Está visto que el federalismo mexicano es muy frágil por la dependencia de los gobiernos locales a las participaciones federales, ya que únicamente recaudan directamente la quinta parte de los ingresos que reciben. Sus atribuciones y facultades se obtienen más por exclusión, por aquello de que lo que no está expresamente señalado para la federación se entiende reservado a los estados.

En definitiva que Peña Nieto y el PRI impulsen reformas para acrecentar su poder para regresar al centralismo es entendible aunque no se justifica, pero que el PAN y PRD contribuyan con sus iniciativas de ley en el mismo sentido es repudiable y aberrante. Su miopía los lleva a auto limitar sus posibilidades de acceso al poder y desde luego se convierten en obstáculos para la construcción de la democracia.
lucarrso@hotmail.com
Twitter: @luiscarrs





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