martes, 18 de octubre de 2011

EL DESPLEGADO DE LOS INTELECTUALES.


El desplegado periodístico “Por una Democracia Constitucional” suscrito por académicos, intelectuales, escritores y políticos donde proponen un mecanismo constitucional para un gobierno de coalición para 2012, es un misil que pegó en las precandidaturas de Enrique Peña nieto y Andrés Manuel López obrador.



¿Por qué decimos lo anterior? Porque la propuesta es contraria al ideal político del ejercicio del poder del mexiquense y del tabasqueño, políticos educados, construidos en la cultura de los gobiernos autoritarios, verticales y antidemocráticos del viejo PRI.



De tal suerte que Enrique Peña Nieto propone resucitar la vieja cláusula de gobernabilidad de la mayoría artificial para sacar adelante las propuestas de gobierno.



En tanto AMLO incurre en el pecado de la superficialidad al argumentar que rechaza las coaliciones por considerarlas disfraces que en el fondo solo representan lo mismo, es decir la misma mafia en el poder.



Contrario a esas posturas el desplegado aparece apoyado por tres precandidatos presidenciales: Manlio Fabio Beltrones (PRI), Marcelo Ebrard (PRD) y Santiago Creel (PAN), quienes se presentan como políticos modernos, democráticos, progresistas y preocupados por los gobiernos eficaces cuyas posicionamientos resultan totalmente opuestos a los expresados, por Peña Nieto y López Obrador.



En el contexto actual el régimen presidencialista ya resultó obsoleto, ya que desde las elecciones intermedias de 1997 se rompió la ecuación política expresada en un Ejecutivo fuerte, más mayoría absoluta en el Congreso, igual a gobernabilidad, para pasar a la de Ejecutivo débil, menos congreso opositor fuerte, igual a ineficacia gubernamental.



Por lo tanto es procedente reformar el sistema político mexicano que fue diseñado y pensado para que el país fuera de un solo hombre, que prevaleció durante décadas, con un Poder Legislativo fusionado por la hegemonía del ejecutivo; un Poder Judicial a su disposición. Hoy sigue habiendo presidencialismo, pero ya no tiene ni al Congreso ni a la Corte como apéndices.



De ahí que el proyecto de los intelectuales responde a la parálisis que sufre el país, desde el año 1997, en una serie de aspectos profundos, como la economía, educación y el empleo, ante la falta de acuerdos de las autoridades en temas urgentes, reforma de estado, fiscal, laboral, energética de seguridad nacional etc.



El gobierno de coalición es un formato que permitiría al Presidente de la República tener mayoría en el Congreso. Un ejercicio de poder compartido. La suma de fuerzas políticas para terminar con la parálisis legislativa.

Ahora bien construyamos un escenario donde Enrique Peña Nieto llega a la presidencia de la republica como seguramente acontecerá, con el 40% de la votación conforme las encuestas, por lo que le resultaría complicado gobernar sin la mayoría, como sucedió con Zedillo, Fox y actualmente con Calderón.

La propuesta de un gobierno de coalición es una manera de modernizar a México de la inacción política que prevalece, pero para concretarla se requiere voluntad política y preeminencia del interés nacional.

En definitiva el desplegado, su contenido y propuesta, y el peso de los firmantes, debe entenderse como un duro golpe a la ideología gubernativa de los precandidatos presidenciales, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador.
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