martes, 5 de marzo de 2013

REFORMAS NEOLIBERALES DEL PRI.



Concluida la XXI Asamblea Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y aprobados por unanimidad las modificaciones a la declaración de principios, programa de acción y estatutos, se consumó el viraje hacia la derecha de las ideologías, al Neoliberalismo y a la restauración del PRI como partido de estado.

Viene a cuento lo anterior por el pragmatismo con que el nuevo PRI cambio la postura con respecto al Impuesto al Valor Agregado (IVA) y las inversiones privadas internacionales, nacionales en Petróleos Mexicanos y por asumir de manera formal el presidente Enrique Peña Nieto el control total de dicho partido.

Sobra decir que fue Salinas De Gortari quien inicio la reforma ideológica del PRI, sacó a la Revolución Mexicana de los documentos básicos, sustituyéndola por el liberalismo social; privatizó el ejido, vendió las empresas públicas más productivas, reconoció los derechos de la iglesia y restableció las relaciones con el vaticano.

Cabe decir que la Asamblea Nacional priísta fue operada con pulcritud, precisión y sin oposición la por parte del presidente Enrique Peña Nieto, ahora estará en condiciones de concretar la segunda fase de las grandes reformas estructurales; la energética, la hacendaria y la de telecomunicaciones.

En consecuencia quedó atrás en el arcón de los recuerdos la inscripción del PRI en la corriente social demócrata, la ratificación del dominio directo, inalienable e imprescriptible de la Nación sobre los hidrocarburos y los demás recursos naturales del subsuelo fueron de un plumazo suprimidos con las reformas a la Declaración de principios de los documentos básicos del priismo.

De igual manera se dio la eliminación de la acción del PRI para defender la economía popular y para no aceptar la aplicación del IVA en alimentos y medicinas que establecía el programa de acción previo a la reforma, así como la sana distancia del PPRI con el presidente de la republica.

Vemos por tanto que para los priistas ahora si hay compatibilidad entre los nuevos principios del PRI y los objetivos del proyecto económico neoliberal del gobierno de Peña Nieto. Un nuevo PRI con las mismas prácticas del viejo PRI.

Conviene señalar que el nuevo PRI recupera el carácter de partido de estado cuyas tareas están relacionadas con la lucha política para mantener el monopolio o el predominio político e ideológico del gobierno entre los trabajadores y la población, entre los líderes y caudillos políticos y entre la iniciativa privada. Aquí caben todas las clases y categorías de personas.

Por otro lado el Presidente Enrique Peña Nieto reasumió de manera formal el control de su partido, el PRI como partido de estado, con lo que se puso fin a la etapa de la “sana distancia” que instrumentó Ernesto Zedillo, luego de que la asamblea modificó sus estatutos para que el Ejecutivo federal funja como presidente la Comisión Política Permanente y del Consejo Político nacional.

De tal suerte que el Presidente de la República tendrá capacidad de decisión en la vida interna del PRI y la elección de sus candidatos, así como en materia política, económica y social, retoma el presidente el carácter de gran árbitro destacando la disciplina partidista para resolver los conflictos internos.

De hecho se podría decir que la sana distancia transita de nuevo a la “Cercanía inevitable” o “cercanía dependiente”, donde ahora el jefe del ejecutivo federal y jefe del partido se funden dichos roles en una sola persona con todas las implicaciones metaconstitucionales que pudiese significar.

Aquí surge las preguntas obligadas ¿La relación del partido y el presidente será acrítica o critica? ¿El apoyo del partido al presidente será mecánico e irreflexivo? ¿O un apoyo razonado y fundado en una relación transparente, que derive del análisis objetivo, la explicación oportuna y el convencimiento sincero? ¿Perdió autonomía relativa ell PRI?

A los ojos de la opinión pública las reformas a la declaración de principios, programa de acción y estatutaria se presentaron a una Asamblea Nacional acrítica, bien planchadas sin oposición de de los dinosaurios estatistas, todas fueron votadas por unanimidad.

En definitiva con las reformas neoliberales a los documentos básicos del PRI se completó el viraje hacia la derecha Neoliberalista y a la restauración del PRI como partido de estado, permitirán al presidente Peña Nieto a través de sus diputados y senadores, la libertad para aprobar la aplicación del IVA en alimentos y medicinas, y la apertura de Pemex a la iniciativa privada nacional y extranjera.
Twitter: @luiscarrs







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