sábado, 12 de julio de 2014

Dia del Abogado


Tamaulipas Mèxico.- La abogacía es, considerada como la más hermosa y apasionante de todas las profesiones liberales. Porque pone sus conocimientos y habilidades al servicio de sociedad, para la defensa de la libertad, el patrimonio el honor, puestos de trabajo frente a la otra parte o la Administración de Justicia.

Viene a cuento lo anterior por el día del Abogado, remembranza que data desde 1960 a instancias de un Diario de México se declaró el 12 de julio como el Día del Abogado, en conmemoración de la primera cátedra de Derecho, Prima de Leyes, impartida en América en la Real y Pontificia Universidad de México en el año de 1533. Está cátedra fue impartida por el Abogado Bartolomé Frías y Albornoz.

Se ha definido al abogado como: persona con título de grado habilitado conforme a la legislación de cada país, que ejerce el Derecho, en asistencia de terceras personas, siendo un colaborador activo e indispensable en la administración de la Justicia.

En otras palabras es el profesionista inteligente que te resuelve un problema legal, es también el inepto que te hace el problema más grande sin resolverlo, pero el mejor el abogado es que te evita problemas.

La efeméride dia del abogado a venido a menos, cuando antes se celebraba con un gran boato en los centros sociales de postín, hoy pasó prácticamente desapercibido para los “dirigentes” de barras, colegios, asociaciones cuando antes se celebraba con la presencia de las autoridades de los tres órdenes de gobierno.

Cabe señalar que en esa celebración los abogados fijaban su posición política en relación con el Estado, la política legislativa, de justicia, el ejercicio de la abogacía, su imagen, legislación, la seguridad pública, de la procuración e impartición de justicia. Ante tal ausencia no se espera ninguna línea o comentario de trascendencia alusivos en los medios de comunicación.

No cabe duda que sin los abogados, los últimos siglos latinoamericanos hubieran carecido de una de sus grandes profesiones y de uno de sus rasgos más característicos. Entre otros tópicos los abogados han ejercido y defendido con las variantes de las épocas la retórica de la República.

De igual modo proclamaron con brío el liberalismo juarista y el ideario de la Revolución y también, en proporción muy menor, han protegido el nulo desarrollo del conservadurismo. Añejaron los códigos y las constituciones a su gusto, y al "respeto a la ley" por la negativa conducta de muchos profesionistas del derecho le han conseguido un nicho de choteo y de incredulidad.

Cabe subrayar que en materia política detentaron la mayor parte de las posiciones, las procuradurías, Poder Judicial, Congresos y en la administración pública, también en una buena parte de la burocracia cultural y una porción muy significativa de las aéreas de prensa y relaciones públicas. En el plano positivo, han algunos han sido eruditos, divulgadores culturales, escritores, intelectuales.

Sobra decir que la abogacía en la política mexicana no fue excepcional, en todo el mundo el derecho ha sido la profesión más común de los políticos. El abogado es apto para mediar conflictos y procurar la conciliación, que es la parte medular de la praxis política.

Sin embargo a partir de 1970 la proliferación de los economistas en la elite del poder político puede explicarse por la expansión del papel del estado en la economía, la respuesta a las demandas de la sociedad, se han vuelto más complejas, que requieren conocimientos científicos y técnicos, que el político con estudios del derecho no puede tener acceso a ellos aunque esté más instruido.

Por tanto los economistas se aprestaron al relevo y los abogados a replegarse a las aéreas jurídicas de la administración pública y poder judicial y a traicionar la profesión, o más bien a fingir traicionarla, al estudiar celosamente doctorados, maestrías y especialidades, en derecho económico, microeconomía, administración pública y de empresas.

Puesto que el neoliberalismo es seudónimo del saqueo minucioso por parte del Imperio, requiere de economistas y de magnas empresas globalizadoras, para el logro de sus metas, como muestra ahí está el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y otros. De ahí que siempre harán falta abogados para cotejar cláusulas comerciales y leyes.

Por otro lado la carrera de abogado se encuentra saturada, de ahí que las autoridades de educación federal, ni estatal, ni las universidades han implementado una política pública tendiente a evitar la creación de nuevas escuelas de derecho, ni a reducir su matrícula.

En definitiva los profesionistas jurídicos pertenecen ya sea a una pequeña elite eficaz especializada o al grueso, regular o malo de la profesión, están poco organizados y las asociaciones que existen son débiles, no tiene el peso específico para desempeñar un papel significativo en el gobierno de la sociedad.
lucarrso@hotmail.com
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